En relación a los trastornos de personalidad, las personas que los padecen tienen una personalidad en que predomina la influencia de su aspecto predominante del carácter, definido en la tabla de análisis de los trastornos de personalidad. Esa predominancia esta basada en creencias irracionales inconscientes que restan amplitud a la actividad mental, afectando su independencia y fluidez, por lo tanto la percepción de lo externo y de las vivencias se ve teñida de forma desequilibrada por esa tonalidad que se evidencia en su conducta desadaptada, sin que los procesos rectores y superiores de la personalidad puedan auto controlarla.
En estos casos el entendimiento se ve distorsionado al respecto de lo socialmente aceptado, porque en su afrontamiento y en su visión de la realidad existe también un conflicto con la vida o con la visión socialmente aceptada de la vida, en la que perciben imposibilidades o factores limitantes a los que le dan una dimensión exagerada en contraste con la percepción de sus capacidades personales.
Mucho del aspecto predominante de su carácter es una respuesta defensiva a esa imagen distorsionada de la realidad y de su persona, lo que se percibe desadaptado externamente es internamente para la persona una respuesta de sobrevivencia que se expresa de la forma en que se configura el aspecto predominante según el tipo de trastorno y que no es fácil abandonar por la persona, porque su abandono, es percibido como una amenaza a su conservación e incluso actúa como un impulso cuasi instintivo involuntario, sin que la persona pueda orientar la voluntad hacia su interno para controlar esa respuesta.
Cabe señalar, que el conflicto intrapsiquico que le da origen, es un conflicto profundo e inconsciente que derivo en una respuesta, que en su gestación originaria, dio a la persona una percepción de seguridad frente a lo externo y que en los estratos profundos de su personalidad se asocio a su autoconservacion, actuando en la persona vinculado a sus instintos básicos y se expresa con la fuerza con que en todo ser humano los instintos actúan cuando tienen que cumplir la función para la que están incluidos por naturaleza en nuestra personalidad.
Por lo tanto esa asociación profunda e interna establecida, no es fácil de desacoplar, aun habiendo llegado la persona a la comprensión de que esa asociación es el origen de su problema de vida. La solución del conflicto requiere de un trabajo voluntario que no esta ajeno de inconvenientes ni de recaídas. Así como todos tenemos un carácter establecido en base a nuestro temperamento, un síntoma de raíces profundas tiene el mismo grado de arraigo a la personalidad con trastorno, que demanda un trabajo voluntario y de esfuerzo de envergadura, que en manos especializadas tiene buen pronóstico.
Este aspecto puede no ser considerado por su entorno familiar inmediato, para quienes su entendimiento del mundo tiene marcadas diferencias. El entorno familiar también requiere de asistencia, psicoeducacion, suma paciencia y amor, ya que la carencia de ello combinada con una asistencia en manos poco especializadas, es el origen de que muchas personas naveguen en instituciones psiquiatricas sin solución a su afectación o que los familiares vivan una existencia torturada o simbiótica al padecimiento y con deterioro para su salud psíquica, por ejemplo en el caso del trastorno limite de la personalidad.
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