El inconsciente – El inconsciente de lo individual (parte II)

En términos generales frente al deterioro psíquico con ausencia o déficit de mecanismos inhibitorios o de voluntad y autocontrol, la persona tiende a actuar con déficit de la estructura superior de la personalidad y quedaría expuesta a la posible influencia y presión de esos contenidos psíquicos y afectar la conexión entre el ego superior y el ego consciente, quedando su aspecto consciente bajo la influencia de una presión para la cual no recibe los recursos del ego superior para controlarse. De forma inversa una persona alcohólica debilita la vinculación entre el ego superior y el ego consciente, a la ves que se vincula a esos contenidos psíquicos desequilibrados y afecta su psiquis.

Por esta razón el clima interno positivo y equilibrado en lo sensorial, que un ser humano pueda lograr, es determinante para su salud mental y en especial en la niñez y adolescencia en que frente a la expectativa de vida, pueden surgir, frente al impacto del ambiente social analizado en el apartado anterior, discrepancias, dudas y confusión en relación al autoconcepto y a todo el conglomerado de constructos psicológicos definidos en el documento teoría de la personalidad.

En los casos de haber vivenciado experiencias traumáticas en la niñez o haber sido criados en ambientes disfuncionales o simplemente haber presenciado situaciones que nuestra capacidad de entendimiento de niño no pudo asimilar claramente o en las que se ha tenido una información distorsionada o incompleta, los contenidos inconscientes como creencias irracionales asimiladas experiencialmente, mas que una ayuda, como en los habitantes del pueblo Naskapi, pueden convertirse en una fuente de factores internos que impidan el contacto armonizado con el ego superior.
Hay autores que señalan estas condiciones psíquicas desequilibradas como la puerta de acceso y el llamado al proceso de toma de contacto con la totalidad de nuestra psiquis o ego superior que conlleve al desarrollo de una personalidad que adquiera sabiduría y entendimiento profundo de las fibras sutiles de nuestra personalidad.

Desde el punto de vista de la hipótesis presentada en el documento el inconsciente I podría interpretarse que los contenidos irracionales que se adquirieron frente a situaciones difíciles y que constituyen un complejo, nos vinculan a un campo o espectro psíquico de calidad sintomática inferior, que atrae a nuestra psiquis consciente influencias que afectan el desenvolvimiento funcional de nuestra personalidad, interfiriendo así el contacto con el ego superior.

Siendo esos contenidos irracionales, el nexo hacia esa esfera psíquica inferior que a su ves afecta nuestro clima interno y nos mantiene anclados a la atracción de vivencias afines a ese clima, a determinado tipo de relaciones interpersonales y a determinados ambientes y subculturas, que por afinidad con nuestro clima interno, deriva en una gama determinada de posibilidades y vivencias que se constituyen como en un ámbito de característica inmaterial, al que podríamos denominar hábitat psíquico, que para poder trascenderlo y facilitar el contacto con el ego superior, se hace necesario superar nuestros conflictos, tomando contacto con esos contenidos irracionales inconscientes que afectan nuestros constructos psicológicos con el objeto de modificarlos.

Esos contenidos irracionales que son inconscientes, así como todos los contenidos relacionados al proceso inconsciente de desarrollo psíquico, se hacen presentes en el consciente a través de los sueños o los métodos de contacto con contenidos del inconciente y simbolizan con su material psíquico, los arquetipos del inconsciente colectivo con los cuales se relaciona el conflicto inconsciente que tengamos, haciendo intuir que los arquetipos constituyen atisbos emergentes en el inconsciente colectivo, de las leyes que rigen la vida, expresadas en aquello experimentado por los seres humanos a través de las edades transitadas durante el proceso de evolución humana. Para un entendimiento mas acabado sobre el tema de las leyes que rigen la vida, recomendamos la lectura del libro conocimiento de la vida de Madú Jess.

Comentamos que ciertas leyendas de pueblos primitivos hacen referencia simbólica a los arquetipos y que en el devenir de la leyenda muestran estados psíquicos determinados y característicos en el desenvolvimiento de la vida como seres humanos. La vida humana actual es mucho mas compleja que la del hombre primitivo, pero dentro de esa complejidad hay ciertos estados psíquicos y cambios en la personalidad que son comunes y pero que se expresan actualmente en un entorno mas complejo, evidenciando que la vida al igual la naturaleza esta regida por leyes y que establecido el contacto con el ego superior, este nutre al ego consciente de lo necesario para que el desarrollo psíquico sea el acorde al desarrollo de una vida en armonía con esas leyes.

Por ejemplo un ser humano en una tribu aborigen a una determinada edad iniciaba su vida de adulto asumiendo un rol dentro de su tribu como cazador, ese cambio que implicaba un cambio psíquico para el cual era iniciado, estaba referenciado en alguna leyenda o mito en que alguna figura en el transcurso de la leyenda atravesaba las distintas etapas de maduración que un ser humano da en la sucesión de su vida. Dicho proceso descripto en la leyenda es en esencia análogo al desapego que un joven en la actualidad debe hacer al respecto de su familia para encontrar su camino de vida y evidencia una necesidad de la vida para la cual tiene que recibir de su interno lo necesario para impulsarse a ese cambio.

Supongamos que un joven tenga dificultades psicológicas para concretar ese desapego, según las investigaciones de Carl Gustav Jung y la psicología analítica, es posible que tenga sueños cuyo desenvolvimiento sea trazable a la leyenda primitiva que escuchaba de sus mayores el joven iniciado como cazador y que en el desarrollo del sueño se evidencie en forma simbolizada que una de esas figuras tiene el mismo rol que la figura presente en la leyenda que fue transmitida al joven aborigen.

Por lo tanto con este ejemplo puede entenderse como se expresa un conflicto psicológico desde el inconsciente de forma simbólica y en una forma análoga al simbolismo primitivo y en relación a la presencia de arquetipos que parecen almacenar intrínsecamente información relacionada a las leyes naturales y de vida.
Hemos visto en el documento El Inconsciente I que los arquetipos evidenciados en las investigaciones del Dr.Carl gustav jung eran:

  • El arquetipo materno
  • La sombra
  • La persona
  • Anima y Animus
  • El Self

Jung opinaba que no existía un número fijo de arquetipos que se pudiesen listar, ellos se superponen y se combinan según la necesidad. Los arquetipos al igual que otros simbolismos expresados en sueños e incluso en expresiones artísticas espontáneas, se hacen presente desde el inconsciente en relación a procesos del desarrollo y evolución psíquica, indicando la existencia de una vinculación entre el momento y estado psíquico que atravesamos y algún arquetipo o representación simbólica.

No se puede afirmar que la expresión de un arquetipo en el inconsciente o su presencia, sea algo positivo o negativo, depende de la postura consciente que adoptemos en relación a su significado simbólico, es nuestro ego consciente el que se posiciona en relación a este, al igual que a todo lo que nos rodea y depende de la calidad de nuestro clima interno que se establezca una vinculación a lo desconocido conflictiva, positiva o negativa.

Como seres humanos tenemos libre albedrío y por lo tanto nuestro ego consciente puede adoptar frente a las distintas etapas de la vida y experiencias que nos toca vivir, una postura de decisión libre, sin embargo esa libertad esta de alguna forma influenciada por procesos psíquicos inconscientes, aunque en el ultimo eslabón de cadena se encuentre siempre presente nuestra voluntad y decisión.

Es poco común que razonemos “me encuentro en una etapa de mi desarrollo psíquico en donde debería tener tal o cual respuesta frente a la vida, pero por decisión propia o porque tengo ganas, decido actuar de una forma opuesta”, y ahí queda la cosa, en general, o bien no nos damos cuenta y respondemos espontáneamente, estamos conscientemente envueltos por estímulos externos y por lo tanto actuamos en función de conveniencias o evitando esfuerzos o actuamos instintivamente e incluso en la primera forma que nuestras emociones nos impulsan y no tomamos en cuenta muchos determinantes inconscientes que intervienen en nuestras respuestas a los que muchas veces les damos una argumentación artificiosa y muy bien cimentada desde lo racional para que se adecuen a los contenidos de nuestro inconsciente.

Sin embargo todo lo analizado no implica que debamos sumergirnos en la constante necesidad de suponer, que de todo lo que nos pasa existe un fantasma inconsciente que nos gobierna y al cual no podemos comprender e ingresar en excesivos y complejos autoanálisis, tratando de descubrir misterios ocultos. Nuestra vinculación con lo inconsciente y con el Si mismo o ego superior, puede establecerse positiva y equilibradamente de forma inconsciente y natural, si nuestro clima interno es positivo y no exacerbamente tendiente a lo sensorial y si se superan, mediante la asistencia profesional que cada caso particular requiera, los conflictos psíquicos que tengamos. Ya que en términos generales y exceptuando pocos casos, ningún ser humano carece de algún tipo de conflicto. Para un conocimiento especifico y profundo al respecto de los arquetipos y el simbolismo inconsciente, recomendamos la lectura de las Obras del Dr. Carl Gustav Jung, algunas de ellas pueden ser descargadas del menú psiquiatría, sub menú bibliografía de nuestra pagina.

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