Como conclusión del conjunto de apartados que constituyeron el tema del desarrollo infantil podemos resaltar que el nacimiento biológico del niño y el nacimiento psicológico no son coincidentes en el tiempo.
El nacimiento psicológico del niño ocurre en el proceso de separación – individuación dentro del cual se establece la percepción de la realidad ajena a nosotros mismos y respecto a la figura primaria que constituye el objeto primario de amor y que es la madre.
Este proceso de separación e individuación se manifiesta a todo lo largo de la vida adoptando distintas características e incluso el objeto de amor va cambiando subjetivamente en nuestra percepción. La consolidación de este proceso en el niño ocurre entre los 4 o 5 meses y los 30 o 36 meses, siguiendo la secuencia de desarrollo descripta en los anteriores apartados.
Como señalamos en varias oportunidades un trauma en esta etapa puede precipitar una organización borderline de la personalidad tal como fue descripto en el documento Trastorno límite de la personalidad.
En este proceso se hace necesario considerar el concepto señalado por la Dra. Margaret Mahler como – La distancia óptima – en relación al nivel de acercamiento que debe tener la madre respecto al niño para su sano desarrollo, Mahler se refiere al respecto del mismo en los siguientes términos:
«A medida que el infante crece y se desarrolla, hay para cada estadio una posición entre madre e hijo que es la que mejor permite a éste desarrollar las facultades que necesita para crecer, es decir, para individuarse. Ya sea por falta de presencia o exceso, así como por una calidad de trato mala puede afectarse la constitución que adopte la personalidad”.
Cabe señalar que también con el ambiente familiar directo y las relaciones objetales se influye sobre el niño y su salud mental y el ambiente social y cultural en el que está inmerso, así como las experiencias que viva fuera del ámbito del hogar en edades más avanzadas también pueden contribuir a problemas de desarrollo y a la salud mental. Estos ámbitos, que podríamos denominar externos al núcleo familiar, componen el clima general que influye y dentro del cual esta interpenetrado el clima familiar y el aspecto emocional de la madre.
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