Mujeres en el poder durante el Imperio Nuevo Egipcio (I)

Antes de todo, quiero agradecer y felicitar a los creadores y pensadores de la página, la oportunidad dada para escribir sobre temas que sean de interés para una persona y así poder transmitirlas a otras. Nuevamente, ¡Felicidades! y Ojalá salga este proyecto interesante, en el que se ha puesto mucho empeño para su creación, hacia delante.

Dando vueltas a la cabeza y viendo que tema se podría empezar pensé en hacerlo sobre las mujeres que han llegado al poder durante el Imperio Nuevo en Egipto, puesto que, es uno de los temas mas atrayentes, oscuros y que más fascinan a los amantes, no solamente por su historia sino también por esos conjuntos de restos materiales, es decir, pirámides, estatuas, templos y un largo etcétera. Se intentará de ser lo más breve posible contando la vida de tres mujeres que han llegado a la cúspide de la monarquía egipcia y que han sido representadas con atributos varoniles, en distintos capítulos. Hatshesupt, Nefertiti y Nefertari, la gran esposa de Ramsés II, serán quienes copen los más altos cargos del poder. Las dos primeras pertenecen a la Dinastía XVIII, mientras que ésta última, Nefertari, corresponde a la Dinastía XIX.

Antes de la formación de la última gran etapa de imperios que corresponde a los egipcios propiamente dicho, conocido como Imperio Nuevo, el País se encontraba en una fase de crisis, hayándose así el Segundo Período Intermedio, dominado por más de cien años por un pueblo de origen asiático, los hicsos. Finalizada la Reconquista del País en manos de Ahmosis se comenzará un período nuevo de esplendor y de prosperidad en tierras egipcias.

A orillas del Nilo, en un momento en el que la dinastía XVIII emprendía un período de expansión imperialista hacia Nubia y Asia nació Hapshesut, hija de Tutmosis I y de la reina Iahmés. Nadie vaticinaría su reinado que tendría una larga duración de 20 años hasta su muerte. el significado de su nombre «la más grande de las demás» parece augurar lo singular de su destino. Mientras reinó su esposo, que por cierto, son hermanastros, ella se comportó como una soberana sin más aspiración que llevar los títulos que le correspondía como es el caso de «Gran Esposa Real». A la muerte de su marido-hermanastro, Tutmosis II tomará las riendas del País, ya que de una concubina nacería el futuro Tutmosis III, ya que no podía reinar, siendo éste apenas un niño y que desde luego, no podía gobernar, convirtiéndose de ésta forma como regente. Es posible que ya con anterioridad rondase por su mente de llegar al poder y ser la Gran Soberana del País, conseguida después por el apoyo dado por el clero de Amón y por propios dignatarios de la corte, facilitando así su meteórico ascenso social.

A los siete años de estar como reina-regente se proclama como rey legítimo del Alto y Bajo Egipto, aunque todavía no adopta una iconografía masculina. De este modo, empieza a inscribirse en su templo y en la Capilla Roja de Karnar las escenas oficiales de su proclamación y de su coronación como faraón, empezando así a ser representada como hombre. Debido a la gran consideración que tiene la mujer en estos tiempos, era impensable que una mujer pudiera ascender a tan alto nivel, en un gobierno formado solo por hombres, y que no se produciese ninguna revuelta en el País.

Como ya se dijo, con el apoyo prestado hacia el Clero de Amón, empezó a realizar obras religiosas. Será en Deir el-Bahari donde Hatshesupt mandó a grabar los datos más importantes de su reinado, como viñetas, que por primera vez, un monarca proporciona información de su vida sobre los muros de un templo funerario. Durante el transcurso de su vida Hatsehsupt construyó dos tumbas, una en Wadi Sikket Táket el-Said, que abandonó al convertirse en faraón, y otra, en el Valle de los Reyes (KV20). Desconocemos la causa de su muerte, pero sabemos que Tutmosis III fue el encargado de realizar los ritos fúnebres para que pudiera vivir eternamente. No obstante, años después, su figura fue atacada y perseguida, con el objetivo de que su memoria desapareciera. Este acoso se achaca a un rencoroso Tutmosis III, aunque algunos estudiosos creen que fue algo posterior. Aún así el recuerdo de la Reina ha sobrevivido, como atestiguan las inscripciones que ella misma dejó como prueba de su férrea voluntad.

Como sugerencia al tema expuesto se puede leer la novela de la Dama del Nilo de Gedge, Pauline.

Grimal, Nicolás, Historia del Antiguo Egipto.

Padŕo, Josep, Historia del Egipto Faraónico.

http://www.institutoestudiosantiguoegipto.com/bedman_hatshepsut.htm

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Egipto, mujer, reinas, faraonas, Imperio Nuevo, Segundo Periodo Intermedio, Ahmosis, Hashesupt, Tutmosis I, Tutmosis III, Deir el-Bahari, Templo Rojo Karnak, Clero, Amón, Nilo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *