El ácido acetilsalicílico (ASS), comercialmente conocido como Aspirina, es el fármaco más utilizado en el mundo por su efecto anti-inflamatorio y analgésico; pero es que también lo es para la prevención de enfermedades cardiovasculares, básicamente por sus propiedades de antiagregante plaquetario y antitrombiótico.
Las ventajas del AAS en la enfermedad cardiovascular, está basado en su mecanismo de acción; al presentar un efecto antiplaquetario, evita la agregación de las plaquetas y, en consecuencia, previene la formación de coágulos dentro de los vasos sanguíneos que son los responsables de las oclusiones de las arterias.
Está claro, que al ser un anticoagulante tenía que presentar algún efecto secundario, básicamente podemos decir que englobamos casos de sangrados digestivos y, en menor medida, sangrados intracraneales. Al mismo tiempo, su consumo puede favorecer la aparición de gastritis erosiva, úlcera gástrica y duonenal. De esta forma, el uso del AAS se acompaña de un tratamiento protector para disminuir este efecto en pacientes con antecedentes de sangrado gastrointestinal.
En resumen, existe un claro beneficio del medicamento en la prevención de eventos cardiovasculares recurrentes; sin embargo, el AAS en la prevención primaria es más incierto debido a que los efectos secundarios pueden superar los beneficios. Está claro que no podemos olvidar que al tratarse de un medicamento hemos de tomar la precaución de no usarlo por nuestra cuenta, cada cuerpo es un mundo y, ni siquiera nosotros mismos, somos capaces de determinar la respuesta del nuestro bajo una demanda no determina por un especialista. Así pues, si notamos dolencias o pensamos que, por antecedentes o herencia, podemos padecer alguna enfermedad relacionada con el corazón, lo mejor es acudir a nuestro médico.