La conducta voluntaria

La acción voluntaria inicia su aparición en el desarrollo del ser humano alrededor de los 4 años y se constituye en un tipo de conducta que se diferencia del tipo de conducta involuntaria analizada en el punto anterior. En la conducta voluntaria esta implícita la consideración, que previo a la realización de una conducta, existe una instancia de selección, tanto del tipo de conducta, el modo en que esta se llevara a cabo, la superación de las resistencias que pudieran existir en el ambiente, en el interno nuestro o por influencia de otras personas, como así también la superación de aquellos impulsos, tendencias o actividad psíquica en general, que ya sea por adaptabilidad a la normas sociales o por influencia de nuestro aspecto ideal, implica la intervención de la actividad del aspecto mental a través del análisis y entendimiento del ambiente, la autopercepcion y el autoanálisis de nosotros mismos y un entendimiento global deductivo de la relación entre nosotros y el ambiente, del cual deriven decisiones y objetivos al respecto de nuestra conducta, para que esta sea armónica, equilibrada y adaptada al respecto de la influencia de nuestras tendencias, instintos, impulsos, necesidades y deseos, las necesidades de los demás, lo socialmente aceptado y lo moralmente considerado por nosotros mismos derivado de nuestro aspecto ideal.

Dentro de las acciones voluntarias se encuentran todas las relacionadas a la actividad motora propia del cuerpo físico de los seres humanos, muchas conductas físicas requieren inicialmente de un aprendizaje voluntario en donde intervienen dos funciones psíquicas que están íntimamente relacionadas con la voluntad y que son la atención y concentración, por medio de ellas y las funciones motoras dirigidas voluntariamente se van constituyendo las acciones motoras voluntarias en acciones automáticas aprendidas que no requieren ya de la atención y que se asemejan en su expresión a las conductas involuntarias, con la diferencia que esas conductas fueron aprendidas con una finalidad de adaptación.

También estas conductas pueden manifestarse como impulso involuntario bajo la influencia de un estado emocional alterado y quedar al servicio de estas en una acción desadaptada, por lo tanto depende del clima interno que tengamos su aplicación como forma adaptada o desadaptada.

En función de lo analizado, el concepto de conducta adaptada o desadaptada no depende exclusivamente de los recursos potenciales del desarrollo logrado en nuestra personalidad, depende de la voluntad puesta en el tiempo real de las vivencias diarias, para que ese desarrollo y recursos mentales sean aplicados. La voluntad es una instancia psíquica que implica concreción, ejecución y puesta en marcha de acciones y decisiones voluntarias, no de potencialidades o capacidades, la voluntad es el aspecto de nuestra personalidad a través del cual orientamos jerárquicamente nuestros recursos internos hacia un objetivo especificado.
También en relación a la voluntad puede darse el caso de que personas con trastornos en el control de los impulsos por déficit en sus recursos de autocontrol y conductas impulsivas involuntarias recurrentes, pongan mayor voluntad de superación, específicamente en ese trabajo de readaptación conductual al respecto a una persona con amplios recursos internos desarrollados y frente a alguna necesidad interna, sin que su conducta sea desadaptada respecto al medio.
La conducta voluntaria también implica el acto de decisión y selección de alternativas posibles frente a una vivencia, las que pueden determinarse en función de la actividad mental y en donde tienen influencia en la decisión y selección de una de ellas, las tendencias personales del núcleo instintivo afectivo, los gustos y el libre albedrío que todos los seres humanos tenemos respecto a que decidir.

También la conducta voluntaria en su secuencia de pasos constitutivos incluye impulsos, tendencias y la influencia de la actividad del núcleo instintivo afectivo y el aspecto emocional sensorial, ósea de todo el conjunto personalidad que conforma una totalidad y fundamentalmente de la calidad del clima interno.

Como analizamos en los documentos anteriores el clima interno tiene un espectro o campo especifico de atracción, que influencia en la persona atrayendo a la consciencia ideas, elementos, vivencias y afinidades con tipos de personas que tienen climas internos análogos. Por lo tanto, configura esta influencia, una variante especifica de alternativas posibles en concordancia con las posibilidades que ese campo o espectro psíquico que constituye el clima posibilita. Para entender mas claramente el concepto podría establecerse una analogía con el concepto de sintonía en lo relacionado a las ondas electromagnéticas, entendiéndose que un clima interno especifico implica una energía psíquica que aúna y vincula de alguna forma a quienes estén en afinidad con su calidad, ya sea en forma permanente o transitoria, según la calidad de pensamientos, sentimientos y emociones que tenga en forma permanente o momentánea una persona.

La influencia del clima interno en una persona puede ser determinante para que tenga conductas voluntarias al servicio de la desadaptación y cuyo origen se encuentre en el egoísmo instaurado en su ego y otras emociones negativas. Un ejemplo, es el caso de la delincuencia en ausencia de patologías.

Como ocurre en la mayoría de los casos, constituye una conducta desadaptada en que intervienen la voluntad y los recursos mentales al servicio de la desadaptación por decisión personal, constituyéndose en una conducta voluntaria y de tipo desadaptada, producto de un clima interno negativo, en que, si bien hay ausencia de trastornos si hay presencia de conflictos y existe la presión de tendencias negativas que comprometen la psiquis a estar vinculada a un clima especifico, esto mismo puede darse por debilidad en la voluntad en relación a realizar esfuerzos a través de caminos positivos para el desarrollo personal e incluso también por la influencia de un trastorno de personalidad.

Podemos concluir que la conducta voluntaria es aquella que interviene en la relación del ser humano con el ambiente, la voluntad y el entendimiento, con la finalidad de otorgar al ser humano la posibilidad de realizar un camino de desarrollo y auto realización satisfaciendo el impulso de sus tendencias personales y necesidades, en forma equilibrada y constructiva.
Como se analizo en líneas anteriores esto no implica que una persona equilibrada no pueda tener eventos impulsivos que determinen conductas desadaptadas o momentos en que su fuerza de voluntad se ve mermada o incluso que por influencia de su clima interno, tenga la voluntad y entendimiento al servicio de la influencia de un aspecto negativo como puede ser el egoísmo traspasando la esfera de la necesidad de conservación.

2 comentarios en “La conducta voluntaria”

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  2. Gracias por la informacion, es muy completa, quisiera que me recomendara libros o autores sobre este tema ya que lo utilizare en la faulta. Gracias

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